Capitulo 2: Llegada al Digimundo.

Escuche a Kari salir de la habitación dejándome sola en el balcón, el aire fresco de la mañana pasaba suavemente en mi pelaje, no tarde mucho en sentir deseos de sentarme y querer mirar al cielo.

Era un cielo bastante claro, con apenas unas cuantas nubes que seguramente desaparecerían cuando el sol este en lo alto.

Kari esta enamorada y de eso no tengo dudas, pero en mi caso… no lo estaba.

Tanto Patamon como Veemon han sido los digimons que más han estado a mi lado en momentos difíciles, cada uno tenía una cualidad que lo distinguía. Por un lado Patamon siempre se a mostrando dulce y gentil con los demás, me era fácil estar cerca de el… al igual que con Veemon el cual era bastante activo, siempre lleno de energía y sobretodo divertido, sin duda con el podría divertirme bastante.

Pero… si comparaba la forma en que Kari mira a TK con la forma que miro a Patamon y Veemon, era bastante diferente, eh visto muchas películas romance junto con Kari –que de hecho muchas veces me resultan demasiado empalagosas- pero en todas la protagonista siempre despedía esa chispa cuando se encontraba con el ser amado y en muchas ocasiones hacia locuras o cosas imposibles con tal de estar junto a esa persona.

Empecé a preguntarme… que tan lejos podría llegar por Veemon o Patamon, por mas lo pensaba seria capas de hacer lo mismo por ambos, pero al final siempre haría eso por cualquiera de mis amigos.

Suspire…

"Talvez soy muy exigente" me dije mentalmente. Talvez… solo necesito relajarme y dejar que todo fluya. Si… creo que eso haré.

De un momento Kari entro a la habitación con bastante rapidez, parecía estar algo agitada.

—Gatomon, es hora de irnos!
Me dijo apenas recupero el Aliento.

Por un momento intente recuperar la noción del tiempo, el sol subió un poco en el horizonte y la cantidad de autos debajo de mi había aumentado.

— ¿Que hora es? —Pregunte intentando sonar calmada.

—Solo te diré que ya no desayunaremos aquí.

Diablos, no me podía creer que había perdido tanto tiempo pensando en aquello y algo olvidado algo tan importante como el desayuno. Debo relajarme.

—Dime… —Me llamo Kari parándose tranquilamente en la puerta mientras me acercaba a ella lentamente. — ¿Qué es lo que estuviste pensando?
Me detuve al instante e intente mirar a otro lado, pero sabia que no podía evadir la pregunta.

—Nada Kari… —Le respondí sin muchos ánimos y suspire. —Solo que… creo que tendré que hablar de unas cuantas cosas con Veemon y Patamon.

Levante la mirada y ella se me quedo mirando, haciendo una extraña sonrisa que mas bien era una mueca.

—Ya era hora… —me dijo en un tono que me hizo entender que era un reproche.

Me sentí algo molesta por la forma en que lo dijo y me puse de pie.

— ¿De que hablas? —le pregunte levantando una ceja y luego intente que no me vea a los ojos.

—Nada gatomon. —evadió mi pregunta dio apenas unos 2 pasos para estar a mi lado y luego me abrazo cariñosamente. —Tengo unas empanadas de Pescado para ti.

Sentí como mis pupilas se expandían, ella también lo noto… seguramente mis ojos se parecían mas grandes en ese momento.

—Lo hubieras dicho antes! —Apareció una sonrisa en su rostro— Créeme, era lo que necesitaba

En verdad lo necesitaba… no iba a tomar aquella decisión tan importante con el estomago vació.

Kari me llevo en brazos hasta el despacho de su padre, había una computadora… algo vieja a mi parecer, en algún momento fue tan blanca como mi pelaje; ahora tenia un color amarillento. El padre de Kari debería hablar con Izzy o con Yolei, al menos para cambiar esa PC que seguramente le alegraría la vida.

Me fije en Tai, el hermano mayor de Kari. Se encontraba leyendo un libro de carátula negra y letras doradas, ya conocía ese libro, no trataba ni de deportes o juegos y mucho menos chicas y para finalizar no contaba con ni una sola imagen; trata de algo que los humanos llaman "Política exterior". A veces que me preguntaba si el nuevo interés de Tai era solo distraer sus pensamientos con respecto a Sora.

—Ya estamos listas Tai.

Hablo Kari de parte de las dos, Tai nos miro y cerro el libro haciendo un golpe seco.

—Bien —Su voz era suave cada vez que se dirigía a su hermana, sin duda aun era algo sobre protector. —Prepara tu Digivice. —Dijo mientras colocaba el libro junto a muchos otros en un librero detrás del escritorio de su padre para luego sacar su propio Digivice.

—Déjame abrir la puerta! —Exigió Kari poniéndose frente a la vieja computadora y colocándose frente al camino de su hermano.

—Claro —Dijo haciendo una mueca, a lo cual podría asegurar de que el deseaba hacerlo; pero sabia que nunca se negaría a Kari cuando ella esta tan entusiasmada.
Kari por su parte me dejo a su lado, cerca de su pierna derecha mientras sacaba su digivice y apuntaba a la computadora, tomo aire y dijo en voz fuerte y clara.

<<Puerta al Digimundo Ábrete!!>>

En la pantalla pude ver como el entorno grafico cambiaba, hasta quedar totalmente negra y luego una luz intensa tanto que mis pupilas se cerraron casi por completo dejándome ver solo un punto de luz, aunque podría jurar que el monitor dejaba salir algo de humo en la parte trasera.

Mis ojos aun estaban cerrados, pero estaba totalmente segura de que ya no estaba en el mundo real. El suave forraje en mis pies y el aroma de la tierra y madera podrida y musgos, la resina de las hojas por siempre verdes… suspire… Estaba en casa.

Estaba tan relajada y dejando que la sensación de regresar al digimundo recorra todo mi cuerpo que no preste mucha atención a la pequeña conversación de Tai y Kari. Solo reaccione cuando escuche que me llamaron.

—Pasa algo gatomon?

Era Kari que ya estaba unos pasos delante de mi.

—No nada —Le respondí y camine hacia ella, usando igual mis manos para caminar.— Me distraje un momento, es todo.

—Hoy andas muy distraída el día de Hoy.

No pude negarme, tenia tantas cosas en la cabeza y necesitaba pensar la forma de poner todo en orden; y el gruñido de mi estomago no ayudaba nada…